viernes, 11 de diciembre de 2009

Taberu, parte II

Bueno, visto y considerando que estaba previsto ampliar un poco mas el aspecto sobre la comida en Okinawa...
encima una cantidad considerable de muertos de hambre sigue preguntándome lo mismo en vivo y en directo, por lo cual: acá vamos!

A estas alturas informo que les voy a describir un poco mas acerca de los tipos de comida que he comido con mis compañeros y/o cuando estuve solo en Okinawa.

Antes que nada, dejo constancia que tuvimos nuestros días felices, aquellos en los que pudimos comer hamburguesas, pastas, papas fritas, bifes, un asado y demás, como cualquier Argentino en su tierra...o más o menos.

Por ejemplo unos días antes del Torneo Mundial, Mika San nos preparó unos bifes con pasta, que estaban más buenos que Nicole Neuman desfilando ropa interior, otras veces comimos pollo asado, que comprábamos, por ejemplo, en Mastuyama store (o sea en "Los Chinos") , una noche sensei nos llevó a cenar sushi al restaurant situado en el 10º piso de su hotel.

Cuando estuvimos en Ginoza, Ryuta y su esposa prepararon un "asado a su manera", donde la carne se corta pequeña y finita, con el objeto de cocinarla más rápido y fácil.
El fuego no se prepara igual que por estas latitudes, sino que al carbón se le echa algún líquido inflamable y se aviva el fuego con algo (ellos usaron un secador de pelo) hasta que se pone "cocinador".
La carne o lo que sea que quieran asar, se apoya sobre una bandeja metálica, en lugar de un parrilla como en nuestro país. Como toque especial, que le da un gusto impresionantemente rico, la carne a asar es remojada en una salsa preparada con ajos, salsa de soja, sake, azúcar y algún ingrediente más, (me tocó prepararla a mi, bajos las estrictas indicaciones de sensei Arakaki).


También nos tocó ingerir fideos fríos (acompañados con pequeños cortes, tipo giuliana, de huevo, jamón, verduras, remojados en salsa de soja...muy rico), onigiri (bocaditos de arroz que dentro tienen diferentes tipos de relleno como pescado, carne, etc.) comida china, como gyozas (masa rellena con carne y verduras al vapor), también unos huevos cocidos que quedaban de un color bastante fiero, pero todo muy rico o casi.




Pero para hablar de comidas nuestras no es que está este blog, sino ya me hubiera asociado con Martiniano Molina o Maru Bottana y estaría tratando de filmar alguna propaganda con ellos. Vamos a los feíto, a lo que vende, afortunadamente en este ultimo viaje, nadie tuvo que padecer lo que yo sí, hace unos años. Pero tampoco fue todo color de rosas como ya dejé deslizar en la entrada "Taberu I".

No debo dejar de asentar por escrito la otra pregunta recurrente a la hora de hablar de comida: "qué fue lo peor que comiste en Japón?".
Siempre contesto que la comida japonesa es excelente, pero si afino un poco la memoria, aparecen un par de historias poco gratas, y allí es que vamos!

En 1999, durante mi primer viaje a Okinawa, sensei Arakaki me invitó a comer a un restaurant junto a su familia (debo aclarar que fui a muchísimos en ese primer viaje, gracias a la generosidad del sensei). Probé varios platos esa noche, uno mas rico que el otro hasta que llegaron los caracoles...
si, si...CA RA CO LES!

Describo: especie de caracol marino, pues venían dentro del caparazón (se llamará así?), pero eran bastantes desagradables a la vista y ni hablemos al paladar. Los sacabas de su antiguo hogar (el caparazón o como sea que se llame) con un escarbadientes y ya era feo de ver, ni les cuento cuando lo masticabas. Encima me trajeron como 4!!!

Me guardé los caparazones, para traerlos para Argentina, pero afortunadamente los olvidé o algo por el estilo.

Ese mismo año, sensei me rescata del trabajo un medio día para almorzar juntos (trabajaba yo en el depósito de su compañía, en la planta baja del dojo). Fuimos en auto a un restaurant algo alejado de su casa, camino a la base americana de Cadena. La especialidad del lugar, desconocida para mi hasta ese momento: TEBICHI.

Aaaaaabuelita! cómo les explico, era una sopa, que tenía dentro pesuñas de chancho, pero eso no era lo peor, sino la grasa que nadaba en la sopa.
Debo recordarles que la comida de Okinawa, es deliciosa, pero con el TEBICHI, tengo mis reservas. Qué fue lo peor?
Cuando me preguntó si me gustaba, le contesté con la mejor cara que pude poner "Ohishi sensei, oishi" ("rico sensei, rico"). Tenemos la fortuna (desgracia en este caso) que nuestro sensei tiene una memoria privilegiada. Al viaje siguiente, en 2003. Uno de los primeros días me dice "vamos a comer una de tus comidas favoritas"...eh nooooooooooooooooo!!!
TEBICHI era el menú.

Sugerencia, si alguna vez viajan a Okinawa o donde sea y algo no les gusta...quizás sea recomendable ser sincero y decir: "es rico!!!!...pero a mi no me gusta".













En esta foto, se ve una variedad de tebichi que comimos durante este último viaje a Okinawa. Es bastante más bonito que el que comí la primera vez, pero a sensei Acosta le tocó el de la foto...bastante poco magro, por si no se dieron cuenta.

Bueno me despido de ustedes hasta la próxima, me dio hambre me voy a comer un pollito vivo.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

El Karateka multilenguaje

Si quiero que este sea un blog realmente serio (mentira, no quiero eso) no puedo dejar de mencionar una de las tantas preguntas que hace cualquier hijo de vecino cuando se entera que estuviste durante un tiempo considerable, en Japón: "cómo hiciste con el idioma?".
Así que, acerca de eso pienso escribir a falta de seguidores que propongan temas varios (como mencioné en la entrada anterior, sé que hay gente que lo lee porque el contador ya acusa más de mil ciento y tantos ingresos al blog).

Idioma. Cómo casi todo el mundo sabe, en Japón se habla japonés. Cada vez que preguntás en Okinawa, si habla inglés tu interlocutor, en general te contestan que no; pero la realidad indica otra cosa: casi todos hablan inglés, pero estimo que les "da cosa" hacerlo.

Cuando algún okinawense entra un poco en confianza, tiene necesidad de comunicarse con vos o simplemente se da cuenta que tu inglés no es el de un universitario de Cambridge, te habla en inglés y podés comunicarte con ellos.

En mi caso, tengo cierto manejo del mencionado idioma que me permite comunicarme pero no brindar una conferencia y esperar que la gente termine aplaudiéndome por mi excelente uso del lenguaje. En japonés domino algunas palabras y frases, que me permiten comunicarme mínimamente, si la persona que está enfrente le pone un poco (bastante) de onda.

Sensei Arakaki era profesor de inglés, Mika san lo maneja perfectamente por haber estudiado en California, la esposa de sensei también lo habla y Ryuta se maneja muy bien en español, pero ni una palabra en inglés.

En nuestra delegación 2009, no todos podían comunicarse con todos. 4 personas se desenvuelven en inglés, uno solo en español y la última persona, de quien no brindaré su identidad, se maneja en varios idiomas...el problema es que los usa todos en una sola oración.

Cuando sensei nos decía algo, los que piloteamos un poco el inglés tratábamos de traducir para el resto y todos comprendíamos la corrección, indicación o la historia que nos contaba. El asunto era cuando alguno de los muchachos que no dominaba idiomas tenía que expresar algo por si solo.
Si no estaba presente alguno que hablara inglés, se complicaba.

Otra cosa difícil algunas veces era no equivocar el idioma que tratabas de emular para comunicarte y de esa forma hablar en inglés, con alguien que no lo entendía o en japonés a uno de tus compañeros argentinísimo (mentirita, eso no nos pasó...jeje).

Un día, uno de los miembros de la delegación que tenía dificultades para comunicarse con el sensei le dijo algo así como: "sensei tomorrow renshu, hora?" (japonés- inglés- japonés- español)...yo pensé, "epa! esto va a ser difícil de superar!".

Al día siguiente, aparte de estos 3 idiomas (es una sola oración!), agregó el gestual...
este es uno de los objetivos importantes para un karateka, superarse a sí mismo, romper sus propias marcas...
4 idiomas en una sola frase!

Y me voy a despedir contando una última situación, la número 1 sin lugar a dudas, del karateka multilenguaje.

Estábamos en Ginoza, en la casa centenaria de fin de semana que posee nuestro maestro, cuando el individuo "multilangüich" le dice a Ryuta algo así como: "What time tomorrow your father exhibition in school?".
Qué hizo Ryuta?
Mirar atentamente a quien efectuaba la pregunta, mostrando el máximo interés hasta que terminó de preguntar, giró su cabeza hacia Nico, que estaba cerca, y en perfecto español preguntó: "Qué dijo?"...

Increíble!!!

Todavía hoy me río recordándo la situación.

Ahora quizás se rían algunos más, si es que entendieron mi redacción.
Saludos y que la pasemos mejor que bien.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Hay que tener la cabeza abierta a los cambios...(actualizada)

...pero en mi caso, el día que nos tomaron examen de graduación, la tuve abierta LITERALMENTE.

Empiezo por el principio?

En el Hombu dojo hay dos ventanas, que dan al pasillo por el cual se ingresa desde el exterior al salón. En una de esas ventanas, en el año 2003, colocamos una especie de soporte de madera con sensei Arakaki con el objeto de colgar unas luces para tomar mejores fotografías.

Durante cada día que entrenamos esquivé este soporte de madera, que amenazaba a todos los que pasaban. Pero casualmente el miércoles que nos tomaron examen de graduación, mis maniobras evasivas, fallaron.

Arusenchines, uchinanchú (nombre con el que se conoce a la gente nacida en Okinawa) e hindúes, comenzábamos nuestra entrada en calor cuando, por eludir a uno de los policías, me choqué con el soporte meléfico (había tres de ellos que eran policías en India, del grupo conformado por diez personas).

La hostia que me pegué, no tardó en sangrar e hincharse, por lo cual fui derecho al baño, a mojarme la testa. Llegó Ryuta con un aerosol para heridas cortantes y me lo aplicó en el tajo, situado sobre el lado frontal derecho de mi rasurada cabeza.

No funcionó, ya que a raíz del golpe, mi cabeza comenzó a hincharse y abrirse. Sensei Vázquez aconsejó hielo y cuando sensei Arakaki me vio, recomendó que no entrene y me quede sentado.

La gracia que me hizo quedarme mirando, mientras los demás entrenaban...fue nula.
La escena:
Hindúes, Argentinos y Okinawenses tirando tsuki, haciendo kata, pateando mae geri.
Chávez sentado al lado del makiwara, con una bolsa de hielo en la cabeza, tratando de que la herida no se abra más.

Qué bronca que tenía!
Yo sentado, los demás practicando!

Transcurrida una hora de clase, apareció sensei Arakaki con Ryuta y los formularios de examen que habíamos completado semanas atrás.
Empezaron a llamar a los más jóvenes, entre quienes ya no me cuentan, los chicos de Argentina, los Okinawenses, hasta que se escuchó "Marucero!".

Arakaki sensei me preguntó si estaba bien, a lo que obviamente contesté "sí".
Ya no sangraba y estaba deshinchada gracias al hielo.

Hice mi examen lo mejor que pude, pese a la situación desfavorable como siempre me enseñaron mis maestros, y afortunadamente salió todo bien.

Mis senseis dieron exámenes impresionantes desde el punto de vista técnico, sin olvidar el espíritu que pusieron, a pesar de las lesiones que sufrían después de tantos años practicando Karate Do.
Se graduaron como 6tos Danes.
Pato, Nico y "Gasutón" obtuvieron su 2º Dan y yo alcancé mi 5º Dan después de algo así como 27 años practicando esta apasionante disciplina.

Había pasado 1 mes desde nuestra llegada a Okinawa, mas de 60 entrenamientos nos separaban de ese día y creo que todos sentimos haber dado un pasito más hacia adelante.

Al día siguiente, eran las acreditaciones para el Torneo Mundial y, si bien no significaba dejar de entrenar, quizás era entrenar de otro modo.
Esa noche estábamos bastante cansados, otro tanto doloridos, pero por encima de todos los sentimientos y sensaciones: estábamos muy contentos.

Se hizo la hora de dormir.

El dolor se había instalado en mi cabeza, pero una toalla con hielo atada en mi cabeza, lo alivió durante la noche. Me dormí con una sonrisa en el rostro, aunque el calor abrazaba afectuoso como todos los días y las noches, recordándonos que él también estaba ahí, testigo de nuestra visita, en la isla donde nació el Karate Do.

Al día siguiente, sensei Arakaki me dio un martillo para sacar el soporte de madera hidratado con mi sangre.

Ya están enterados, gracias a mi, el Hombu Dojo de la escuela de Karate Do Shorinryu Kodokan...
es un lugar más seguro!





























P.D.: ah! en esta historia seguro habrá comentarios por parte de los que estuvieron presentes en el dojo, en ese día doloroso para mi cabecita calva.
Aviso que solo voy a contar lo que van a sugerir, cuando sensei Vázquez deje un comentario en el blog solicitándolo.
Otsekaresama desu!

bueno, lo prometido es deuda...
los ubico: Chavez, cabeza rota, mirando la clase al lado de la makiwara, tratando de mantener una bolsa de hielo el la cabeza pero ya harto de sostenerla, intentado dejarla en equilibrio (fallidamente).
Se acerca otro de los policías hindú, no el que esquivé al principio de la historia, e intenta ayudarme con la bolsa sosteniéndola por mi, sobre mi "tremenda hostia", indicándome algo así como "I'm your friend" (soy tu amigo).
Le agradezco, diciéndole que yo puedo solo, afirmación que quedó automáticamente refutada pasados los 2 segundos, cuando se me cayó nuevamente la bolsa equilibrista...
Resultado: el "poli de la India", se acerca y me sostiene el "refrigerante baja chichón" (alias la bolsita con hielo), esta vez sin preguntar.
Se imaginarán la cara de sensei Vázquez y Patricio, contemplando la escena desde la otra punta del dojo (completamente desconcentrados de lo que hacían en la clase, por primera y única vez desde que llegaron hasta que nos fuimos de la isla de Okinawa).
Si no se pueden imaginar las caras, les describo mejor la situación:
Yo echado al lado de la makiwara, mirando con cara de "mejor que no me vean", lastimado, con un tipo grandote, musculoso, de tez oscura, bigote y cara de malo, parado a mi lado, sosteniendo una bolsa de hielo sobre mi cabeza. Cómo les explicaba?
Cómo me sacaba de encima semejante gigantón, encima policía en la India (se debe haber cargado como a 2000 malhechores y nadie se dio cuenta, si en la India son millones de cucusas!!!).
En fin, esperé un rato, agradeciendo el buen gesto al grandote* y me quité la bolsa de la cabeza. Durante el "esperé un rato" ya no podía aburrirme imaginando las cosas que Sensei Vázquez y Patricio principalmente, iban a endilgarme. Y así fue, pero para que contarles más, si esto es lo que querían los testigos de la historia, compartir esto con el resto de los curiosos que leen este blog.
Sé que son varios, porque ya estamos en 1070 personas que visitaron el blog, aunque los comentarios no los delatan, si lo hace el contador web que mi amigo Arizna me recomendó.
bueno, demasiado por hoy.
Cambio y fuera

*(no recuerdo el nombre, ni que lo hubiera anotado, eran todos nombres difíciles los de la muchachada de India. Quieren uno de ejemplo? "NANDHAKUMAR")

P. D.2: Si ven las fotos que acompañan este relato, donde estamos rodeados de hindúes, el que esquivé es el que está a mi lado (ese era el que peor cara de malo tenía, pero era mas bueno que el Principito sedado), y el que sostuvo la bolsa es el grandote de la derecha, parado al lado de Gasutón (el primero desde la derecha, con bandera de India sobre el lado izquierdo de su karategui).

viernes, 13 de noviembre de 2009

Taifú (Tifón)

Estaba muy tranquilo, haciendo "vayan ustedes a saber que cosas" cuando empezaron esas palabras que no deberían aparecer, aquellas que cuando recuerdo momentos como los que describí en "Fulbito", vienen a instalarse cerca de mis pocos pelos: "limados", "mal de la cabeza", "estropeados" y demás.

Por qué?
Les cuento.

Nuestra vida transcurría con la normalidad habitual de Okinawa, haciendo justamente lo que no hace cualquiera en ese sitio: entrenamiento a doble turno bajo la tutela técnica de un maestro 10º Dan, regado de bonsais de mas de 100 años de antigüedad (cuyo valor supera las decenas de miles de dólares, y no exagero), almuerzos con gente del "Rotary Club" de Naha, vida en un departamento prestado por el cual pagábamos por un mes lo que cualquiera paga por día para alojarse en Naha, hasta que un día nos mencionaron que se venía un "taifú".
Pleno verano, época de tifones en Okinawa.

Automáticamente recordé mi primer experiencia del año "99" cuando sensei Arakaki mi pidió que guardara las decenas de bonsais con el fin de protegerlos del temporal que se venía.
Un día domingo, hacía 10 años, terminado mi trabajo con los pequeños arbolitos, avisé que me iba a caminar. Recuerdo que sensei me miró con cara, como diciendo "no es muy recomendable, mirá que viene un tifón", pero como yo vivía en Ushuaia (y sigo viviendo), casi no sabía lo que era un tifón.

Cuestión que salí a caminar y se largó la tormentita. Cuando vi que la cantidad de agua que caía era suficiente para llenar un par de piscinas por minuto, me compré un paraguas que duró poco, ya que, como se veía que el "acto del agua en cantidad" no me sorprendía, vino en "vientito fuertecito e intenso", al rato el paraguas no sirvió ni para jugar a Mary Poppins.
Busqué refugio en Kokusai dori y Heiwa dori hasta que la situación climatologica aflojó un poquito.
La foto cuando regresé al dojo: si me hubiera caído al agua, seguro que no me hubiese mojado tanto como ese día.

Regresando al presente de este viaje año 2009, ya estábamos enterados del tifón.

Día de calor (qué raro, no?) y ante la falta de actividad después de entrenar, íbamos camino a la playa, el "vientito" provocaba que los árboles se movieran "bastante mas de los normal", estimo que alguno de nosotros, arusenchines no acostumbrados a los tifones, debe haber pensado "no es muy prudente ir a la playa un día de tifón", pero si alguno lo pensó, no lo manifestó.

Llegamos a nuestra playa de cabecera, Naminoué, y enfilamos para el agua, que parecía el sitio más seguro, ya que la arena molestaba un poco a raíz del viento...y hablando de viento.
Al parecer cuando llegamos solo sentimos al "hijito del viento", porque el viento verdadero apareció al rato y nos obligó a sumergir las cabezas en el agua porque la arena castigaba de lo lindo! parecía que nos estaban atacando con piedras extremadamente finas (llamadas "arena" en lengua nativa).
La ropa, que habíamos dejado enroscada en los mangrullos del guardavidas, luchaba por mantenerse ahi y no salir volando al "infinito y más allá".

No pasó demasiado tiempo hasta que nos dimos cuenta, que no era muy seguro estar en agua chapoteando (éramos los únicos) un día de tifón.
Se imaginarán como terminó la historia, de nuevo camino a casa, sabiendo que "no es muy prudente ir a la playa un día de tifón".

Me permito agregar que el tifón pasó cerca (menos mal!) y no castigó tanto a la ciudad de Naha, así que pudo ser peor!

Pero también tengan en cuenta que todo el grupo, estaba formado por practicantes de Karate Do Shorinryu Kodokan.
Esta escuela de Karate Do, que organizó el primer Torneo Argentino en Ushuaia en 2001, al que asistieron cerca de 120 personas desde Buenos Aires y alrededores, cargando cada persona una plancha de goma eva, para las áreas de competición, ese mismo fin de semana que al día siguiente del Torneo tiraron las torres gemelas, y sobrevivimos...
aparte el torneo fue uno de los mejores que se organizó en la Kodokan.
Cuando organizamos el segundo torneo en 2005, suspendieron al Gobernador de esta bendita provincia y, en medio de estados de sitio, y amenazas de estallido social, decían que venía gente desde Río Grande a tomar el albergue municipal (donde dormían parte de los competidores que asistieron a ese otro torneo) en fin, esta escuela de Karate Do que represento por estas latitudes
, no se achica ante la frase "no es prudente" y eso que solo di ejemplos locales, ni siquiera nacionales.

Bueno, debo despedirme, pero déjenme informarles por si no lo saben, que hay cosas mas entretenidas (¿?) y menos riesgosas que ir a una playa un día de tifón...
aunque yo no se cuales son, así que pregúntenle a otro.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Fulbito

Cada vez que pienso en 2 de las historias que anticipé, y debo escribir, hay una palabra que se instala en mi cabeza "quemados", pero a continuación viene otra palabreja mas: "cascoteados". Lamentablemente, si no detengo esta línea de pensamientos agolpados dentro de mi escasa materia gris, la cosa sigue y sigue.
Estoy hablando de Fulbito y Taifú. Le llegó el día a la primera de ellas.

Un día, el hijo de Ryuta (Kazuke) se apareció con una pelota de fútbol, haciendo jueguitos de aquí para allá. Sensei Vázquez, deportista destacado y alguna vez relacionado con la detección de talentos en el Secretaría de Deportes de la Nación lo vio, y supongo que advirtió lo que su ojo sagaz estaba observando: el pibe, "talento cero".
Y lo digo con la autoridad que tenemos los que jamás jugamos al fútbol, ni lo miramos por televisión (tranquilas chicas, ya estoy casado), salvo alguna rara excepción como los mundiales. Quieren más? mi papá (el bandeño) me decía que yo no sabía si la pelota era redonda o cuadrada.

No se si necesito mas acreditaciones que las anteriormente enunciadas, pero creo que son suficientes.
El pibe, era de los míos, pero acostumbraba andar con una pelota de fútbol (de esas REDONDAS), haciendo jueguito en los alrededores la casa del abuelo (o sea sensei Arakaki).
Sensei Vázquez, en un acto de civilidad, estimo que mezclada con algo de curiosidad, le preguntó si jugaba y le gustaba el fútbol, a lo que el niño de 13 años, contestó que si. Acto seguido, le dijo a Ryuta (no recuerdo en que idioma) que si "Kazú" jugaba uno de esos días, él lo quería ir a ver.

En ese momento ninguno de los arusenchines presentes suponía que "él" se convertiría en "nosotros", pero bueno...era sensei Vazquez, primer argentino consagrado campeón del mundo en el reglamento más exigente del combate de competición (ITKF), karateka y maestro respetado por todos en nuestra escuela, en el Karate do Tradicional de Argentina y el mundo, por si no quedó claro.
La cuestión continuó a los pocos días, Ryuta se apareció y nos anotició que Kazú, jugaría un medio día cerca del dojo, por lo que la cita se confirmó: iríamos a verlo jugar.

Llegó la fecha y como casi todos los días en Okinawa, hacía muuuucho calor. Ryu nos explicó como llegar, a unas pocas cuadras de ahí.
Caminamos hasta el lugar, disfrutando del abrasador sol de Naha (que ya he descrito en otras historias como "ATSUI") con la particularidad que no corría una sola gota de viento, ni siquiera había algún individuo que nos estornudara cerca, como para refrescarnos un poco al menos.

Nosotros suponíamos que el "partidito", sería dentro de esa bonita escuela, fuera de la cual nos encontrábamos esperando a Ryuta, Kazuke y el resto del equipo fultolero Okinawense, pero la vida en Okinawa, no dejaría de sorprendernos tan fácilmente.

Llegó Ryu, Kazú y un par de jovencitos de entre 10 y 13 años, con camisetas de Fútbol de equipos internacionales, de conocidísimos jugadores (aclaro que conocidísimos para los futboleros, porque para mi podía decir "Montoya" y seguro yo pensaba que era el tipo que recaudaba impuestos en Buenos Aires, provincia en la que viven mi mamá y mi papá).
Nos dirigimos al campito, que bordeaba la ruta paralela al mar, que describí en "Naminoué", pero tratando de mantenernos bajo la sombra; podría decir que todavía teníamos alguna esperanza de que llegaran más niños y fueran a jugar en alguna cancha cubierta, más fresca que el sol a las 12 del medio día Okinawense. Pero esto jamás ocurrió.

El asuntito es, que algunos de los pibes empezaron a tocar la pelota mejor que Maradona, en la época que no invitaba gente a que le mame nada sino, cuando movía el balón.
Ante la falta de lugar fresco, con el correr de los minutos, sensei Vázquez sugirió empezar un partidito, y así ocurrió una vez armados los equipos.
Obviamente, me mantuve bajo la sombra, en modalidad cronista gráfico, fotógrafo, reportero...o lo que fuera, menos futbolero.

Me duró bastante, hasta que tuve que reemplazar a Ryuta que se moría bajo el sol y por la falta de aire también.
Fui de arquero, estimo porque era el que menos espacio vacío dejaba dentro del arco.

Ni recuerdo el resultado del partido, de más está decir que me abrocharon un par de goles como era de esperarse (al menos, yo lo esperaba). Como balance me quedaron sensaciones agradables por varias cosas: los chicos y nosotros nos divertimos bastante, sobrevivimos a poco más de una hora corriendo bajo el sol homicida de la ciudad capital de Okinawa (nada mas, ni nada menos que al medio día), los sensei Vazquez, Acosta y el resto de los muchachos hicieron docencia de sus habilidades futbolísticas, yo pude hacer docencia enseñándoles a los chicos de Okinawa una frase en nuestro idioma que no creo necesario transcribir (y que días después nos repitió uno de los chicos desde arriba de un árbol) y por último, ni bien terminamos el bendito partido, nos fuimos a refrescar a Naminoué beach.

Y mas o menos así, transcurrió una hora de partido, de 12:15 a 13:30 aproximadamente, bajo el bonito y cálido (je je) sol de Okinawa.















P. D.: como somos los seres humanos, en este momento, pleno mes de noviembre, ya en la ciudad de Ushuaia, con temperaturas apenas por encima de los cero grados, extraño un poquito el sol ese que nos liquidaba, justo del otro lado del globo, en esa isla maravillosa, que se llama OKINAWA.

martes, 3 de noviembre de 2009

Los chinos

Primero debo aclarar que en realidad no eran chinos, pero así fue bautizado el mini mercado "Matsuyama store", nuestro principal proveedor alimenticio, después de sensei Arakaki, durante el viaje a Okinawa.

Estimo que si quienes lo atendían hubieran sabido que eran llamados "los chinos", se hubiesen acercado al dojo, con una cara bastante diferente de la "cara de vendedor feliz", y nos hubieran "hecho la pelea", aunque no supieran tirar un tsuki.

A solo 3 cuadras del dojo, se encuentra Matsuyama store, lo que nosotros llamamos mini mercado, fue el sitio donde adquiríamos todo lo que ingería el grupo por propia voluntad (quienes se pregunten "por que?", sugiero que lean la entrada anterior "taberu, parte I").
No recuerdo precisamente cuando fue la primera vez que lo visité, pero sucedió en 1999, durante mi primer viaje a Okinawa, lo que puedo garantizar es que rara vez compraba y/o comprábamos en otro sitio. Desde yogurt (de super oferta, mas barato que en Argentina inclusive), queso, pan, bandejas de bentó (con diferentes tipos de comida, en pequeñas raciones), tonkatsu (especie de milanesa hecha con carne de cerdo), chicken (pollo), zakana (pez marinado), bebidas hidratantes, agua, pasando por galletitas, golosinas, frutas, té, café...hasta alguna cervecita (solo el día que terminó el torneo, si mal no recuerdo).
También comprábamos agua en una máquina que estaba fuera del local, por su condición de ser mucho más económica que comprar las botellas o bidones sueltos.

El primer día que ingresamos durante este viaje, recuerdo haber comprado con "Patorishio" una leche chocolatada de litro, buenísima! pero parece que fue la última que hicieron las vacas chocolatadas de Japón, porque no hubo forma de conseguir otra durante los 35 días que duró la aventura, y ahí si que buscamos en cada super que nos cruzamos.

Para llegar desde el dojo, había que salir caminando hacia la derecha, seguir la calle serpenteante hasta la vidriería de la esquina, al lado del negocio donde la señora anciana vende soba , doblar hacia la derecha hasta la esquina, doblar a la izquierda, siguiendo la vereda del frente por mano derecha (doblando a la derecha), hasta desembocar en dicho mercadito (los que no leyeron las entradas anteriores o desconocen el barrio Matsuyama, van a estar perdidos...
los que leyeron mi explicación, así sean el señor FILCAR de Okinawa...estimo que correrán la misma suerte).
La otra forma de llegar, la que no correspondía, o sea la que hacíamos a diario, consistía por cortar camino por el estacionamiento de un edificio de departamentos situado a 30 metros del dojo, que nos ahorraba lo serpenteante de la calle.

La gente que lo atendía era super agradable, y siempre nos recibían con el "irashai masen" = "bienvenidos " (si mi mala memoria no falla y mi escaso nihongo resulta efectivo), seguramente nos decían muchas otras cosas que no supimos descifrar, pero bueno del "irashai maseee" casi seguro...

En general lo visitábamos temprano en las mañanas (si nos dábamos cuenta "tarde" que no teníamos que desayunar), después de entrenar, (cuando ya estábamos muertos de hambre), cerca del medio día (si teníamos hambre de nuevo), por la tarde (si sentíamos necesidad de merienda) y/o por la noche, después de la clase (había que cenar para recuperarse adecuadamente).
Ah! también íbamos cuando salíamos a caminar y nos daba ganas de comer alguna cosita..."como para que no nos falte energía, vissssste"...
como verán, concurríamos mas seguido que al baño.

Estaba abierto las 24 horas del día, lo primero que uno encontraba al ingresar eran las frutas hacia la izquierda (las bananas de oferta, que era uno de nuestros principales alimentos de las mañana, rica fuente de potasio, como todos sabrán) a la derecha mesones con algunos productos y las 2 cajas registradoras, un dato que tiene que ver con la economía: pasadas las 22 o 23horas había alimentos a mitad de precio, pero sin garantía bromatológica.

Sin temor a equivocarme, sensei Acosta es quien merece el 1er premio en la categoría "El que encuentra las mejores ofertas", producto de la paz y tranquilidad que lo caracterizan, y que dio sus frutos a la hora de recorrer las góndolas del mencionado sitio. Él fue quien encontró los yogurcitos con frutas, las mermeladas y demás alimentos a precios razonables, hasta para nuestro lejano país.

Antes de despedirme me gustaría decir algo:
si van a Okinawa, recomiendo que compren en MATSUYAMA STORE!
(con esto quizás consigo que me esponsoricen en el 2013)...

Los dejo hasta la próxima, voy a comprar comida porque escribir me dio hambre.

lunes, 26 de octubre de 2009

Taberu (comer), parte I.

Comer en Okinawa y Japón es todo un tema, se imaginarán. La comida es por demás exótica, abundan los animales vivos y los gustos son completamente diferentes a los que estamos acostumbrados en nuestros país, sin olvidar que muchas veces el comenzal siente ganas de vomitar.

Espero que no se lo hayan creído, porque todo el párrafo anterior es mentira.La comida en Okinawa y Japón, es excelente, de hecho lo único que me salva de regresar con plus de kilogramos es el entrenamiento...de doble turno!.

No voy a describir cada cosa que comimos durante los 35 días que duró nuestro viaje, pero si comentar algunas cositas.

Nuestro primer alimento lo ingeríamos ni bien nos levantabamos, apenas pasadas las 6 de la mañana. En esa ocación la idea era no entrenar con el estomago vacío, por lo cual una fruta, alguna rodaja de pan o un pequeño yogurt nos proporcionaba parte de la energía que necesitabamos. Después de la primer semana, un poco acostumbrados al calor...o mejor dicho, extrañando el terruño diría yo, acompañábamos con unos mates.

La ceremonia desayunadora, era siempre acopañada por los noticieros de la televisión de Okinawa, donde tratábamos de descifrar si se iba a nublar o iba a bajar la temperatura en el informe del clima, sino el curso de idioma nos ayudaba a recordar que no solo no entendíamos el japonés (en uno de los canales enseñaban un idioma por día: Italiano, Español, Chino, Inglés, Francés y Coreano, creo. Nosotros optamos por apreder español, pero no lo logramos).

Un rato antes de la 7 bajabamos a entrenar, hasta pasadas las 9.
Terminada nuestra clase, la mayoría de los días, desayunamos con sensei Arakaki. Armabamos una mesa en el dojo y él nos preparaba diferentes platos de la cocina de Okinawa, que contenían distintas legumbres, arroz, carne de cerdo, fideos, huevo, verduras, pezcado, etc. todo delicioso y ABUNDANTE.

Sensei Arakaki es un excelente cocinero, pero con un concepto de capacidad estomacal muy particular. Cada desayuno era demasiado grande y en la Okinawa de pos guerra, donde la cosa no fue fácil como sensei nos hizo saber a través de las historias que nos contaba, no está bien visto que sobre o que se desperdicie alimento.

Por eso, cuando nos invitaban algo de comer, aunque no fuera del máximo agrado del comensal, había que comer.

Acerca de eso puedo contar dos anecdotas.

Un día Tanaka San, uno de nuestros compañeros de practica, fue invitado por sensei a desayunar con nosotros, aparentemente la espera se extendió mas de lo que él tenía previsto y se despidió.
Cuando sensei Arakaki apareció con su plato, no se puso muy feliz al descubrir que Tanaka se había marchado. Resultado: tuvimos que comer la sopa entre todos los arusenchines. Casi sin espacio en el estomago donde alojar mas comida. Se imaginarán que nuestras palabras hacia Tanaka, no son reproducibles en este medio, sin que se me tilde de salvaje (los que me conocen no se extrañarían, pero bueno, no es la idea).

La otra anecdota, acurrió un día culminando nuestro desayuno, sensei nos había comprado unos dulces, que parecían ravioles morados sin cocinar con azucar impalpable cubriendolos (en realidad parecían babosas con sal demasiado fina, pero bue...no queda lindo si lo digo de esa forma).
Antes de invitarnos a probar, nos explicó que ese era un dulce tradicional de Okinawa, muy especial y famoso que él nos había comprado para que disfrutemos con el desayuno.

A pesar de tan linda introducción, nadie arrancaba, pero sabíamos que había que entrarle y "no me gusta", "no puedo mas", "estoy lleno" y demás, no estaban dentro de las posibles respuestas de un guerrero desayunador de pos práctica.
Sensei Acosta fue el primero (y el que mas comió), Nico no quiso saber nada...y no hubo forma de convencerlo, asíque tuvimos que sacrificarnos nosotros comiendo babosas dulces.

Cuando llegó Ryuta, el hijo menor de sensei que siempre llegaba durante el desayuno, y vio lo que estabamos comiendo, puso su peor cara de asco y dijo en textual español: "que es eso?".
Se imaginarán que todo eso de comer lo que te ofrecen, valía más que para nadie, para nosotros, porque Ryuta ni las probó (ni dejó de mirarlas con cara de asco).

En fin, esto es lo que hoy puedo decirles de la comida, durante nuestra estadía en Okinawa.
En entradas futuras, espero contarles algo mas, que ya se me está ocurriendo...

De más está decirles, que espero comentarios.
Mis saludos para ustedes, seres humanos alimentados con fast food.















No se si hace falta aclararlo, pero las fotos no son de cosas que hayamos comido, sino de uno de los mercados de Heiwa dori, pero bueno...así es el "marketing", creo.

viernes, 25 de septiembre de 2009

El "Ciber Rata"

Es mi obligación moral agradecer el hecho de haber podido estar conectado a través de internet, a la gente que lo hizo posible, el problema es no saber a quién agradecer!!!!

Antes de viajar me compré un telefono muy bonito y costoso para mi presupuesto, con el objeto de poder utilizar la red cibernética mundial a través de señales "wi fi".
Como habrán leído en "Algún inconveniente", las vueltas de la vida hicieron imperativo que lo estrenara en suelo nipón a pocas horas de llegar y funcionaba!!!!

Ese primer intento, consistió en ir caminando buscando señal con el teléfono en mano, esperando un lugar donde el "güi fi" fuera bueno. Ese lugar, estaba situado fuera de un open 24 llamado "Family Mart" (famiri maruto), a unas 4 calles de la casa de sensei.

Pero al día siguiente, la busqueda no fue tran productiva, la señal era muy débil o se cortaba, así que como buen nómade comencé a movilizarme, TELEFONO EN MANO, buscando una señal sin clave de acceso.
La busqueda fue corta, ya que en la misma esquina, en la puerta de uno de los tantos restaurants, plena zona de bares de Matsuyama, encontré la anciada Panacea, que se convertiría, con el correr de los días, en nuestro CIBER!
Debo reconocer que no lo bautizamos hasta unos días después, ya arribado sensei Vazquez a Naha. La señal era muy buena, pero navegar con mi telefono, era bastante incómodo.

De todos modos hubo que arreglarse, porque el único día que pudimos encontrar un ciber, pretendían cobrarnos una fortuna; posteriormente nos enteramos que dentro del costo (como $50 la hora) estaba incluído algo de beber, un box privado, asiento masajeador, acceso a libros o revistas de animé, un viaje en un cohete que llegaba a la Argentina pasando por la estratósfera en menos de 2 horas y no se cuantas cosas mas...pero nuestro presupuesto no daba para eso.

Asíque en el "CIBER callejero, aun sin nombre" transcurrieron nuestras noches, leyendo mails en la puerta del mencionado restaurant, en el conocido barrio, has-ta que lle-gó sen-sei Vaz-quez , como 10 días después que nosotros (el único a quien debo y puedo agradecer, por haber llevado su notebook).

El primer día que fuimos con su computadora personal portatil, a la puerta del ya mencionado restaurant, navegamos mucho mejor (porque la compu capturaba mejor señal), pero sostenerla sobre nuestras piernas, era bastante poco confortable.

Ahí surgió la situación de bautismo, de nuestro ocacional CIBER: apareció un pequeño roedor (la rata), que salió de la nada y, después de pasarnos por debajo de las piernas a todos, como si no estuviésemos ahí, se metió en un hueco que ni se veía al lado de la raíz de un árbol.

Seguro que era su territorio y pretendía que lo supiéramos, ya que no fue la única vez que se hizo presente. De todos modos, nuestra necesidad de estar conectados gratuitamente podía mas que nuestro cariño por la alimaña...por lo cual, ni nos movimos.

La rata fue y vino un par de veces, comprobando que nuestra determinación, por una señal "GÜI FI" era realmente la de verdaderos guerreros samurai a punto de enfrentar la muerte.
Estimo que se habrá cansado, y no apareció mas.

Así nació el "Ciber Rata".

Unos días después, sensei Vazquez, descubrió que otra señal (AWAMORI), se podía recibir directamente desde nuestra residencia okinawense, por lo que ya no fue necesario asistir al "Ciber Rata" por un tiempo.

Pensamos que la rata nos iba a extrañar un poco, pero no regresamos, producto del cansancio diario y de lo bien instalada que quedó la computadora, gracias a Sensei Vazquez.

A partir de ese día, varios tuvieron noches de insomnio, alguno para conectarse con su familia, otro con su novia, uno subiendo fotos al "Facebook", otro contestando correo, uno trabajando, otros un poco de cada cosa, trabajo, correo, novia, esposa, hijos, amigos, busqueda de noticias, apuestas por internet, etc...en fin.

Unos días antes del Torneo Mundial, tuvimos un episodio bastante oscuro...
LA SEÑAL AWAMORI DEJÓ DE RECIBIRSE....
Queríamos ir a quejarnos!!!
estabamos indignados!!!
¿cómo podía ser que la señal que nos alimentó la necesidad de internet sin pagar un solo yen, se haya perdido???
Bueno, como era una señal que ni nosotros sabíamos de donde venían o de quien era (por eso no pudimos quejarnos ni agradecerles) regresamos a nuestro viejo y fiel amor...
el "Ciber Rata", que siempre estuvo ahí, salvándonos de lo peor que podía pasarnos "estar sin conexión".

Mas o menos así, nos mantuvimos conectados.

Bueno señoras y señores sin problemas de conexión, me despido de ustedes.

ah! espero comentarios, si no es a través de internet, por problemas de conexión, que nunca faltan...
se aceptan señales de humo, cartas de puño y letra (de esas que se mandaban con código postal), mensajes de texto, papelitos por debajo de mi puerta, avioncitos con mensajes escritos dentro, aviones con pancartas gigantes, pasacalles, mensajes secretos en los menú que se escriben con tiza en la puerta de los restaurants, etc.

Por desgracia, el único documento grafico, es del día de la inauguración y no se ve bien...
pero acá les va...


viernes, 18 de septiembre de 2009

Oasis en el paraíso...Naminoué beach.

Yo sé que estoy debiendo historias:
Nico y la mafia de los medicamentos, la Zona Roja de Naha, el día del tifón (que les adelanto, fuimos a la playa...je, je...arusenchines tercermundistas con poca capacidad para medir el peligro), el resto del día "terminado el evento en Shuri Sho", etc., etc., etc.

Soy consciente que estoy en deuda con mis lectores, amigos y/o curiosos, pero he decidido que voy a escribir acerca de la playa de Naminoué, que nos refrescó "un poco" entre tanto clima homicida.

Esta hermosa playa, está situada a unas 10 cuadras del Hombu dojo de la escuela Kodokan ("Dojo central", como les comenté en entradas anteriores en el mismo edificio funcionan: en la planta baja el deposito de la compañía Arakaki Tsusho, en el primer piso está la casa de sensei Arakaki y el dojo, en el segundo piso el departamento de su hija mayor y otro que nos facilitó sensei para vivir a los arusenchines y por último la terraza (azotea, "the roof" o como les guste llamarla) donde están los bonsai de Ryuta).

En general caminabamos hasta la esquina de la escuela "Naha Chugako" (frente al dojo central de la Kodokan) y, doblando hacia la derecha, enfilábamos en línea recta transitando zona residencial hasta chocarnos con el mar (en el límite del puerto de Tomari, a unas 5 cuadras). Desde ahí, virábamos a babor (osea "la izquierda"...je je) y otras 4 cuadras de "verde", con la autopista¿? a nuestra derecha hasta el ingreso a la playa, donde nos recibían unas mesitas de cemento bajo techo (donde la gente podía realizar una suerte de pick nic, jugar a algo, o solo resguardarse del sol), al lado una especie de fuente de agua, sin agua.
Al fin: "tadaimá" (llegamos).

Naminoué debe tener unos 200 metros de largo, el agua transparente de tono verdosa y la vista arruinada recientemente, por la ampliación del puente- autopista (o lo que sea) que estan construyendo, evidentemente desde hace un tiempito.

Edificado sobre un morro, el Templo Naminoué pareciera el guardián espiritual, que protege desde la altura a los bañistas que concurren buscando algo de fresco, diversión, distención, sol o vaya usted a saber que.

Horario para ingresar desde las 9 de la mañana hasta las 19:30hs. (19:15 hs te sacan del agua, salvo que te encapriches y no quieras salir...pero esa es otra historia que no puedo contar, asíque los interesados, indagar entre los miembros de la delegación "aruchintina", como diría Patricio).

Una vez que llegas al agua, propiamente dicha, y dependiendo de la marea tenés entre 30 o 50 metros (dependiendo también de mi capacidad para calcular longitudes) para nadar o chapotear antes de que una barrera, hecha del mismo plástico de las "Pelopincho", te impida seguir avanzando. La profundidad excedede los 3 metros en marea alta, pero no me tapa ni a mi, durante la bajante (yo se que soy muuuy alto, pero cada vez que me miden, por "no se que maldita jugada del destino", los metros, que evidentemente están en mi contra, no marcan más de un metro sesenta y nueve centímetros) .

De todos modos hay tres " mangruyos" (creo que puedo llamarlos así...no?) con guardavidas que se turnan para vigilar lo que sucede en la playa (aunque una vez casi se ahoga una señora, a quien tuvo que salvar Patricio).
También hay sombrillas de alquiler, distribuidas prolijamente en la arena.

Nos llamó la atención, como se viste la gente de Okinawa y Japón para estar en la playa: mujeres con calzas largas y negras, remeras de manga larga, sobrero y paraguas para protegerse del sol. Los estudiantes, se meten con el uniforme deportivo del colegio y los hombres usan bermudas, remera y algunos hasta zapatillas (el suelo es de arena blanca, nada de piedras grandes, ni molestas). Los extraños eramos los "gaishin" (extranjeros, aunque creo que no literalmente) y alguno que otro "japo cascoteado".

Cuando salís, te encontrás con baños públicos gratuítos, donde podés hacer tus necesidades y otro con duchas, que te salen algo asi como un dolar los 3 minutos, como para sacarte un poco la sal, que es mucha.

En esta playa, la delegación Argentina se refrescó bastante seguido, aunque no diariamente, debido a otras actividades, el cansancio y vaya a saber usted por que.

Antes de finiquitar esta entrada, describo que en el "verde" que mencioné, los ancianos juegan al "croquet", otros solo trotan y algunos jovenes juegan futbol, a veces acompañados por un grupo de arusenchines quemados a las 12 del medio día (siiiiiiiiiiiii...adivinaron: OTRA HISTORIA MAS).
Mata atode ne! (algo así como "nos vemos despues").


martes, 8 de septiembre de 2009

Algún contratiempo....

Como dije antes...el primer día tuvimos algún contratiempo...que debería¿? describir.


Los ubico. Después de algo así como 39 horas desde que salimos de Buenos Aires, vuelos, paradas y demás.
Recién arribados a Okinawa, contratamos una van, que nos transportó los poco mas de 6 kilometros, que separaban el "Naha Kuko" (Aeropuerto de Naha) del Hombu dojo de la escuela Kodokan, ubicado en el barrio Matsuyama, en la ciudad de Naha.

Llegamos al dojo y sensei no había recibido mi mensaje de hora de arribo (vía Mika, por correo electrónico), por lo cual decidimos dejar los bolsos en el dojo (que está en el primer piso del edificio) y salir a caminar por las calles de los alrededores, regresando cada 10 minutos mas o menos. Si mi memoria no falla, habremos arribado al dojo, desde el aeropuerto, cerca de las 21:30 horas.

Pimer detalle que deben saber, Gastón no se sentía demasiado bien, al final de vuelo o recién bajado del avión, experimentaba un mareo y una sensación de malestar importante. Por lo cual tomó algún medicamento, suministrado seguramente por Nico (que por estos días no me extrañaría que esté involucrado en la mafia de los medicamentos...ya les contaré por que...en otra historia) porque el malestar crecía a medida que pasaba el tiempo.

El calor, como ya saben, era insoportable y creo que lo aguantamos solo del cansancio pos viaje que teníamos...sumado a la excitación de estar en Okinawa.
Dimos vueltas y mas vueltas por el barrio. Advertí cuanto había cambiado el lugar desde mi última visita, en el invierno del 2003 y los muchachos hicieron reconocimiento del terreno que tendrían que transitar el mes y monedas que teníamos por delante.

Se hicieron mas de la 1 de la mañana, y el sensei no llegaba y nadie aparecía por su casa, cosa extraña realmente.
Decidimos ir a controlar, a través de internet, si me había mandado algun correo o conseguir algún teléfono donde llamarlo (ya que mi agenda electrónica quedó en Ushuaia, confiado de que Mika iba a comunicar mi mensaje, y ahí estaban todos los telefonos...de Mika, Sensei, su esposa, etc.). Encaramos la misión, Patricio, Nico y yo.

Gastón se quedó en la puerta del Hobu Dojo, junto a sensei Acosta.

Encontramos a pocas cuadras, un sitio con señal "wi fi", desde el cual podía controlar el correo a través de mi telefono celular (en teoría). No había ningún correo de Arakaki sensei en mi casilla de mensajes, por lo cual decidimos regresar a ver cual era la situacion en la base "sensei Acosta- Gastón".
Buenas noticias! sensei Arakaki había regresado de su "paaty", como las llaman en Okinawa (a una fiesta o una reunión de clima distendido).

Malas noticias, Gastón salió a buscarnos. chan!

"Ya debe estar por volver", supuso sensei Acosta, pero los minutos pasaban y Gastón no aparecía.
Particularmente empecé a pensar en lo retorcido de las calles de Matsuyama, donde era bastante sencillo perderse y bastante difícil llegar a destino, especialmente la primera vez que estabas ahi y de noche, sumado a que Gastón no se sentía bien cuando bajamos del avión.

Por ello armamos un operativo "busquemos a Gastón". Imaginennos.
Corriendo a las 1 y media de la mañana, con 35ºC de calor por lo menos, dando vueltas, tratando de barrer la mayor cantidad de calles de los alrededores, casi del mismo modo que habíamos caminado un rato antes... tratando de imaginar "donde rábano estaba Gastón".

No puedo explicar lo que transpiré corriendo (Patricio, afortunadamente para él, no transpira tanto como yo)...y Gastón?
No aparecía, el muy maula!
Ya nos preocupaba; al menos yo estaba preocupado, lo imaginaba desmayado...y no sabiendo como regresar...
Mientras tanto, seguíamos yendo y viniendo, pensando dónde comino podría estar este señor diseñador gráfico extraviado, al tiempo que sensei Arakaki se asomaba, esperandonos para que ingresemos a su casa.

Apareció el muchachito.
Estaba unas cuadras mas alejado de lo que nosotros nos habíamos ido (por eso no lo encontramos...quizas terminó en la zona roja de Naha...uy! otra historia para contar...que tul?).
Asíque, una vez que estuvimos todos juntos, ingresamos a la casa de sensei, donde comimos algo, conversamos y cerca de las 3, nos fuimos a descansar...o intentarlo al menos.

Asíque les sugiero: si van a Okinawa y se separan...al que se va solo, le dan un GPS o un celular.
Sin otro particular, los saludo atentamente...benditos destinatarios de la casi nueva ley de medios.

Atsui ne! (calor eh!)

A partir de este relato, escribo desde Ushuaia nuevamente, Okinawa está muy lejos de mi, aunque siento cada recuerdo bien adentro mio.

Lo mencioné en el relato anterior, por lo tanto voy a explayarme un poquito más acerca de un tema "casi candente"...
el calor que pasamos ("sufrimos" sería la palabra apropiada) en Okinawa.

Debo comenzar por el principio, osea cuando llegamos a destino...

La verdad, después de 10 años (mi primer viaje a Okinawa, fue en esa misma época) no recordaba que el calor fuera un problema, pero tan pronto como crucé la puerta de salida del aeropuerto de la ciudad de Naha, se me ACALORÓ (en lugar de "refrescó") la memoria.

Fue como un "tsuki gigante" (uchichi tsuki) que nos golpeó de cuerpo entero y eso que eran las 21hs. aproximadamente, ya de nochecita.

En esas primeras horas en Okinawa, tuvimos algún pequeño contratiempo, que a esta altura imaginarán, describiré en un futuro...esperemos no demasiado lejano.
Pero nuestro único agente de bienvenida, el calor, lejos de aflojar quería demostrarnos que podía llegar más lejos, a pesar de que la noche avanzaba y ya estaba instalada en Naha City.

Como a las 3 de la mañana, ya dentro del departamento del primer piso del dojo, nos fuimos a descansar...

no pudimos dormir gracias a nuestro amigo "ausencia de frío", por lo cual a las 6 de la mañana, nos levantamos y nos fuimos a practicar Karate Do (qué ibamos a hacer? somos karatekas y a eso fuimos) .
Si lo miramos desde el "punto de vista positivo", no necesitamos tanto tiempo como en Ushuaia para "entrar en calor"...de hecho queríamos "salir" en lugar de "entrar" en calor.

Terminado nuestro primer entrenamiento, ya cerca del medio día almorzamos con sensei Arakaki una "Soba" (que estaba buenísimaaaa!) en un pequeño local de la esquina, que es atendido desde hace tiempo, por una señora de unos "setenta y tantos" años, como mínimo.

La "soba de Okinawa" es uno de los platos mas populares de la isla y es, ni más ni menos,
una sopa de fideos de harina de trigo con carne de cerdo, si, si...con mas de 35ºC, estabamos comiendo sopa después de entrenar...jeje.

No dejamos de transpirar en todo el día, el primero de varios o casi todos, hasta el día del tifón al menos (si, si, otra historia más). No recuerdo si el primer o segundo día, cuando subimos al auto del sensei, el termómetro marcaba los 40ºC!!!! ...si eso no es una cálida bienvenida, las cálidas bienvenidas ¿dónde están?

La cosa, en nuestra casa por lo menos, aflojó recién cuando llegó "Él".
Lo bautizamos "El Dios ventilador" (religiosos perdonen la blasfemia, pero si no sufrieron el calor subtropical de Okinawa, ni opinen por favor) , era un ventilador compuesto de 3 ventiladores que giraban en todas las direcciones...al menos, removía el calor de un lado al otro de nuestro hogar okinawense. De noche dormíamos todos alrededor, quien osaba alejarse en busca de algo de espacio y comodidad, regresaba arrepentido y sudado por demás.

Salir a caminar fuera del horario de entrenamiento, era casi una travesía por el desierto, comprar algo frío para beber, nos obligaba a tomarlo rápidamente, si es que queríamos disfrutarlo como "fresco", ponernos el Karategui cada día, a eso de las 19hs con el calor abrasador, era muy molesto.

En general, yo usaba una toalla húmeda en la cabeza y otra seca en el cuello, para tratar de absorber parte de la transpiración permanente, pero la verdad, me duraban poco. Los okinawenses lo mismo, toalla como bincha o en el cuello, tratando de paliar un poco "la calor".

Los días que podíamos ir a la playa, hasta el agua de mar estaba caliente, algunos pensarán "qué lindo, agua calentita!"...noooo muchachos y señoritas, cuando hace muuuucho calor no te gusta el "agua calientita" (como diría Pity Alvarez) sino "agua fresquita"...
y en Okinawa, no existe ni en los grifos!!!

Les digo más, Patricio confesó el último día lo siguiente:
"si te digo que una madrugada, cuando no podía dormir del calor, metí la cabeza dentro del freezer...me crees?"...
Si Pato, yo...te creo!

Asíque ya saben, si van a Okinawa en verano, no lleven campera de plumas.

Mis "no tan cálidos" saludos para ustedes.


domingo, 9 de agosto de 2009

Un día irreal...


La verdad tengo muchas ganas de escribir acerca de varios días especiales en Okinawa, me está faltando tiempo, asíque si alguien está interesado, habrá que esperar.

Pero ayer sábado 8 de agosto, fue un día del que no puedo dejar de escribir en este mismo instante.


Comenzó nuestra jornada levantándonos a las 6, para nuestro entrenamiento de las 7, como todos los días. El calor de Okinawa, hacía que cada practica fuera bastante diferente de las que acostumbramos en Ushuaia, pero de eso escribiré en otro momento.

Sabíamos que esa tarde nuestro sensei, presidente de la Rengokai, tenía a cargo el discurso principal de presentacion del Torneo Mundial , nada mas...ni nada menos, que en el mismísimo Castillo de Shuri.

Ese lugar místico de Okinawa, donde gobernaron el archipielago de Ryu Kyu las sucesivas dinastías, que fue reconstruído cuatro veces en el mismo sitio ( de solo mencionarlo me emociona), cuna de grandes maestros de Karate del estilo "Shuri Te" sería el escenario de tan importante presentación.
Decidimos, con nuestro grupo de "aruchintines" de la Kodokan, viajar un par de horas antes a Shuri Sho* en el monoriel , desde la estación Maejima (la mas cercana a la casa de sensei) hasta Gibo, nuestra parada final.
*ese es el nombre con el que se lo conoce aquí, en Okinawa.

Una llovizna algo molesta, pero que al menos refrescaba, nos acompañó casi desde que salimos de nuestro reducto (estamos viviendo en un departamento que el sensei nos facilitó, en la planta alta de su casa y el lugar de practica, osea el dojo).


Tuvimos unas doce cuadras de caminata, entre Gibo y Shuri Sho, donde pudimos disfrutar de casas tradicionales, y otras no tanto, pero un camino por demás agradable con vistas de paisajes para atesorar en el recuerdo.


Tomamos varias fotografías con Karategui en varios lugares, entre ellos un lago aledaño, en Shuri no Mon (antigua puerta de ingreso al Castillo, reconstruída por ultima vez despues de la batalla de Okinawa, terminada la Segunda Guerra Mundial) y dentro del imponente Castillo de Shuri.


Terminada nuestra recorrida a Shuri Sho, la lluvia había cedido, refrescándo Naha y sus alrededores, como un presagio de lo que estaba por acontecer. En ese momento no podíamos siquiera suponer lo que teníamos por delante, mientras eramos testigos privilegiados de todos los preparativos.

Gente que iba y venía. Caras conocidas de maestros de Karate Do, que vemos a veces en revistas o programas especiales de Artes Marciales se hacían presentes en la antigua sede del reinado de Ryu Kyu.


Honraban la ceremonia 4 maestros, ante quienes todos los otros sensei, no dejaban de hacer profundas y marcadas reverencias como muestra de respeto que hasta el mas ignorante podía percibir. Koshin Iha (84 años) y Kosei Wakugawa, 10mos Danes de la escuela Goju Ryu, Ryuko Tomoyose, 10º Dan de Uechi Ryu, todos de 81 años de edad, si no me equivoco.
Presidía esta gala de maestros el sensei Shugoro Nakazato, 10º Dan de la línea Shorirnyu, quien una semana después cumliría sus 90 años...
así como lo leen...90!!!!


Comenzaron las presentaciones, nuestro maestro (sensei Isamu Arakaki) dio su discurso de manera impecable, una vez finalizado dejó lugar para el punto culmine de la jornada.

Cada uno de los sensei, 10mos danes mas viejos de Okinawa, realizó su Kata favorito. Comenzó sensei Tomoyose, seguido de los sensei Iha y Wakugawa.
Culminó el "Passai Dai" de sensei Shugoro Nakazato.

La verdad, me costó no llorar mientras veía a esos maestros, que han vivido mas de los que mis abuelos vivieron. No estaban caminando con bastón, ni estaban honrando ese momento solo con su presencia sentados, ESTABAN HACIENDO KATA!!!!

No se si comprenden lo que vivimos, pero les puedo asegurar, que era emocionante e increíble.

Antes de despedirme les comento que, gracias a la intervención de la esposa de sensei Arakaki, terminada toda la ceremonia, pudimos sacarnos una foto con sensei Shugoro Nakazato, hecho que no es común.

El resto del día, que fue largo, se los cuento en la proxima entrada...

Mis saludos Karatekas y no Karatekas.


jueves, 6 de agosto de 2009

Renshu


Respecto de los entrenamientos…


puedo comentar que practicamos 2 veces por día, de lunes a sábados, de 7 a 9 cada mañana, por lo que debemos levantarnos a las 6, como para estar en un estado de vigilia mínima.
Esas clases son solo para nosotros (los “aruchintines” diría Patricio) ya que la gente local debe asistir a sus trabajos habituales en ese mismo horario.
Nuestra actividad está centrada en las correcciones técnicas que el sensei nos está haciendo, con el fin de no olvidarlas y, en el mejor de los casos, incorporarlas. En esas clases matutinas, no utilizamos Karategui, para que el sensei pueda observar mejor la contracción muscular y postura corporal, que con el equipo de Karate son imposibles de distinguir.
Por otro lado practicamos Kata individual, aquellos que vamos a participar del torneo mundial, y los sensei Vazquez y Acosta nos hacen observaciones técnicas, con el fin de llegar mejor preparados al evento.


Por la tarde entrenamos con Karategui de 19 a 21hs., excepto los sábados que lo hacemos a las 16 horas (hermoso practicar con 40º C de temperatura a esa hora).


Solo compartimos el dojo con alumnos del sensei los miércoles y sábados, que esos son los días destinados a los entrenamientos de los Okinawenses, en el Hombu dojo de Kodokan por estos días.


Los domingos, merecen un párrafo aparte.
Esos días solo entrenamos una vez…que vale por dos…
Comenzamos a la misma hora de todos los días, terminada la entrada en calor, aparece el sensei, se cierran las ventanas, se apaga el “semi Dios ventilador” y a sufrir amiguitos!!!
La clase, es el mismo tipo de entrenamiento que nuestro maestro realizó durante 16 años, en días y horarios similares, bajo la tutela técnica del sensei Yuchoku Higa, “el puño fuerte de Okinawa”.
Tsuki, Keri, y Kata Naihanchi a un ritmo que nos deja sin agua en el cuerpo y sin aliento, literalmente. Pese al agotamiento físico de la clase, y el acumulado de todos los días, a nadie se le ocurre bajar el ritmo o aflojar, es una clase donde el “kokoro” se siente cada tsuki.
Y asi, les dejo una pequeña idea, de los que son nuestros entrenamientos, en esta isla lejana, al otro lado de nuestra Argentina.

miércoles, 29 de julio de 2009

Ikimasho (vamos)


Como no podía ser de otra forma, quien me llevó a Ezeiza fue mi hermano Marcos Díaz Velez.
Llegamos muy rapidamente, aunque había info de piquete cercano dando vueltas: afortunadamente, el piquete afectaba la otra mano.

Dos horas antes del vuelo, todos teníamos hecho el check in, excepto Patricio, que llegó algo demorado, lo que inquietó un poco a sensei Acosta, aunque trataba de disimularlo.

Estabamos todos los viajantes de la primer tanda (sensei Vazquez viajaba una semana después): Nicolás Iglesias (32), Gastón Sanchez (27), Patricio Diaz (32), sensei Jorge Acosta (45) y yo.

Los vuelos transcurrieron agradablemente, con pantallas de LCD individuales, que te permitían ver películas, videos, y programas de distinto tipo y en varios idiomas, que ayudaban a que las horas no se hicieran interminables. La verdad, buenísimo!

Santiago de Chile, Toronto y Tokio fueron las escalas entre Buenos Aires y nuestro destino: la ciudad de Naha, en Okinawa.
Pude dormir bastante, cosa que me sorprendió dada mi incomodidad, producto del poco espacio entre asientos y poca capacidad de reclinarse de los mismos.
En Canadá paseamos por el aeropuerto y sus terminales, el Hotel Sheraton, en fin...había que llenar los minutos con segundos y las horas con minutos.

Salimos de Buenos Aires el lunes 13 de julio a las 16:55hs (4 A.M. del 14/7, hora de Okinawa), arribamos al Naha Kuko (aeropueto de Naha) a las 20:35hs del día 15, hora de Okinawa (8:35 de la mañana del 15, hora de Argentina).

Saliendo de Baires.

Mi estadía en Baires, duró lo que el agua en los bonsai de sensei Arakaki un día de 40ºC, pero la pasé
muy bien, entrenando a diario con sensei Vazquez, intercalado con un entrenamiento con sensei Ruiz Díaz, tratando de aprovechar cada tsuki, cada kata, cada segundo que llenaba un minuto.

Fuera del entrenamiento, compartí tiempo con mi mamá, siempre feliz durante mis visitas, con mi hermano Hugo, almuerzo a morir con Santi y con mi padre en una parrila, juntada con ex compañeros de dojo, mates con Suri san y sensei Vazquez, cena con mi amiga Marian, cafecito breve con mi prima Patri, que esta de visita en Argentina. En cada una de esas personas pude ver alegría por mi viaje y buenos deseos...esas cosas que a uno le dan fuerza para seguir adelante cuando otros deciden detenerse.

Seguía con tos y, la verdad que bastante preocupado con el asuntito de la gripe A, un par de días antes, Nicolas (uno de los chicos que viajaba en el grupo) me contó que habían mandado de regreso a la Argentina, desde Japón, a un par de chicos practicantes de Ninjutsu.

El lunes temprano, salí para el centro, con el objeto de comprar unos Yens y vivir mis ultimas horas antes del viaje.Todo salió bien, aunque estuve corriendo...como siempre.

domingo, 12 de julio de 2009

Santa María de los Buenos Aires

Estos días en Baires se han pasado rápido, como era de esperarme.

Llegada el jueves, ya de nochecita y como no podía ser de otra menera, me estaba esperando mi amigo (y hermano) Marquitos, que me arrimó a la casa de mi madre: Doña Norma, que por estos días, está medio cachusa.

El viernes empezó bastante gris, pero fue mejorando con el correr de las horas. Entrenamiento de Kata por la tarde con sensei Vazquez, donde pasamos mucho frío!!! De todos modos practicar siempre ayuda a que haya sol cuando está gris.

Ayer sábado, practica nuevamente (era de esperarse, a eso vine y a eso voy), esta vez con sensei Ruiz Díaz y sensei Vaquez, DE NUEVO PASAMOS FRÍO!!!! PERO FRIO DE ESE QUE MOLESTA (y enfría).
Yo que vengo de entrenar desde febrero con la caldera del Barquito a 28ºC, pensando en Okinawa, donde las temperaturas en estos días van desde los "veintitantos" a los 31ºC (con promedios mas cercanos a los 31)...en fin.

Familia y amigos, siempre presentes entre entrenamientos, mientras reviso una y otra vez dentro de mi cabeza que no se me pase nada de lo que necesito para poder subir "casi tranquilo" al avión que nos llevará mañana lunes 13 de julio a la isla de Okinawa.

Bueno, me despido seres lejanos: HASTA LA PROXIMA
(que quien sabe cuando será)

jueves, 9 de julio de 2009

Subiendo al primer avión

9 de julio, feliz día de la independencia!!!...

¿?¿?

¿INDEPENDENCIA?...ooooootro tema, diría Santos.


A pocas horas de subir al primer avión, todavía con un poco de tos.

Quedan atrás las despedidas y la gente que uno quiere, que seguirá con su vida normalmente, o tan normalmente como la gripe A les permita.

Quedan por delante días de entrenamiento en Baires, visitar a la fllia. y amigos. Quizás alguna peli, en el algún cine con mamá.

Después, el otro avión, el que me deja justo en la puerta de mi sueño que se hace realidad.

Con un poco de tristeza, con muchas ganas de aprender y una mezcla rara de sensaciones por dentro me voy a Okinawa.

lunes, 6 de julio de 2009

Un paso mas cerca...

Ayer domingo 5 de julio hicimos la última actividad antes del viaje, el almuerzo en el "Restoran Volver", como dice Lino.
Salió todo mejor que bien, gracias al staff del restoran y a la colaboración de Gastón Dellasanta, Pablo Lojo, Patricio Díaz, Pablo y Juanma Roselló. Los alumnos, familias y amigos también fueron protagonistas de esta jornada organizada con el fin a recaudar fondos para el viaje, que ya se nos viene encima.
Afortunadamente contamos con todos ellos.
Desafortunadamente, los entes estatales no atendieron nuestros pedidos de colaboración, de nada sirvió tener una Asociación con todos los papeles en orden, situación regular en la I.G.J., exención en rentas de la provincia y en la AFIP, cuando te quieren apoyar, lo hacen, así tengas la Institución sumariada...(que no es, ni será nuestro caso).

Es muy poco el tiempo que tengo por delante, como para perderlo quejándome...hay que armar los bolsos y chequear una y otra vez que no falte nada.
Que todo esté en orden, para estar un poco mas tranquilo en el momento donde descubris que te olvidaste algo y que no todo estaba en orden.

Mis saludos para Uds. mortales portadores de gripe A.

martes, 30 de junio de 2009

Maldita faringitis!!!

Puede ser que no me haya enfermado en mi vida y este 2009, ya sea la segunda vez que me agarro una peste???

Qué maldita jugada del destinoooo.

Esta es la situación:
Desde el miercoles 24 estuve en cama, hasta hoy...Y SIGO CON TOS!!!

Las clases se suspendieron ayer en la escuela donde trabajo, y hoy en toda la provincia.
Como yo estaba en cama hacía 6 días, hoy terminó mi escudamiento.

Pero esta tarde, motivado por todo lo que está pasando acá en Tierra del Fuego, decidí suspender las clases de Karate Do hasta el 4 de agosto...lamentable!
...pero creo que prudente.

Asíque así estamos por acá, sin mas novedad que una cantidad importante de gente apestada por doquier, a casi 9 días de subirme al avión, camino a mi escala entre Ushuaia y Okinawa: Buenos Aires.

Bueno, no demasiada gente lee esto aun, pero seguimos experimentando esto del "blog".

Saludos terrícolas!

sábado, 27 de junio de 2009

Rumbo a Okinawa...

El 9 de julio salimos con Patricio Díaz, primero hacia Buenos Aires y de ahi, el 13 de julio, hacia la ciudad de Naha, en Okinawa...JAPÓN.

La idea subir información a este blog, aunque estaré condicionado por el acceso a una P.C. y la disponilbilidad de tiempo...de momento es la intención...

Este viaje tiene un sabor especial ya es la primera vez que uno de mis alumnos, karateka formado en Tierra del Fuego, viajará a la cuna de nuestra discíplina a entrenar con el máximo referente técnico de nuestra escuela: el sensei Isamu Arakaki, 9º Dan.

Por otro lado será la primera vez que viajaré con mis maestros de la infancia y de toda la vida, junto a sensei Vazquez y sensei Acosta me inicié en este maravilloso camino a mis 8 años de edad.

Mi principal espectativa es corregir lo que he aprendido en estos 27 años de Karate Do Shorinryu de Okinawa, aprender y no defraudar a mis maestros, Luis Vazquez, Jorge Acosta e Isamu Arakaki.


Entonces quedan todos invitados, a visitar este blog...
Marcelo