miércoles, 29 de julio de 2009

Saliendo de Baires.

Mi estadía en Baires, duró lo que el agua en los bonsai de sensei Arakaki un día de 40ºC, pero la pasé
muy bien, entrenando a diario con sensei Vazquez, intercalado con un entrenamiento con sensei Ruiz Díaz, tratando de aprovechar cada tsuki, cada kata, cada segundo que llenaba un minuto.

Fuera del entrenamiento, compartí tiempo con mi mamá, siempre feliz durante mis visitas, con mi hermano Hugo, almuerzo a morir con Santi y con mi padre en una parrila, juntada con ex compañeros de dojo, mates con Suri san y sensei Vazquez, cena con mi amiga Marian, cafecito breve con mi prima Patri, que esta de visita en Argentina. En cada una de esas personas pude ver alegría por mi viaje y buenos deseos...esas cosas que a uno le dan fuerza para seguir adelante cuando otros deciden detenerse.

Seguía con tos y, la verdad que bastante preocupado con el asuntito de la gripe A, un par de días antes, Nicolas (uno de los chicos que viajaba en el grupo) me contó que habían mandado de regreso a la Argentina, desde Japón, a un par de chicos practicantes de Ninjutsu.

El lunes temprano, salí para el centro, con el objeto de comprar unos Yens y vivir mis ultimas horas antes del viaje.Todo salió bien, aunque estuve corriendo...como siempre.

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