viernes, 25 de septiembre de 2009

El "Ciber Rata"

Es mi obligación moral agradecer el hecho de haber podido estar conectado a través de internet, a la gente que lo hizo posible, el problema es no saber a quién agradecer!!!!

Antes de viajar me compré un telefono muy bonito y costoso para mi presupuesto, con el objeto de poder utilizar la red cibernética mundial a través de señales "wi fi".
Como habrán leído en "Algún inconveniente", las vueltas de la vida hicieron imperativo que lo estrenara en suelo nipón a pocas horas de llegar y funcionaba!!!!

Ese primer intento, consistió en ir caminando buscando señal con el teléfono en mano, esperando un lugar donde el "güi fi" fuera bueno. Ese lugar, estaba situado fuera de un open 24 llamado "Family Mart" (famiri maruto), a unas 4 calles de la casa de sensei.

Pero al día siguiente, la busqueda no fue tran productiva, la señal era muy débil o se cortaba, así que como buen nómade comencé a movilizarme, TELEFONO EN MANO, buscando una señal sin clave de acceso.
La busqueda fue corta, ya que en la misma esquina, en la puerta de uno de los tantos restaurants, plena zona de bares de Matsuyama, encontré la anciada Panacea, que se convertiría, con el correr de los días, en nuestro CIBER!
Debo reconocer que no lo bautizamos hasta unos días después, ya arribado sensei Vazquez a Naha. La señal era muy buena, pero navegar con mi telefono, era bastante incómodo.

De todos modos hubo que arreglarse, porque el único día que pudimos encontrar un ciber, pretendían cobrarnos una fortuna; posteriormente nos enteramos que dentro del costo (como $50 la hora) estaba incluído algo de beber, un box privado, asiento masajeador, acceso a libros o revistas de animé, un viaje en un cohete que llegaba a la Argentina pasando por la estratósfera en menos de 2 horas y no se cuantas cosas mas...pero nuestro presupuesto no daba para eso.

Asíque en el "CIBER callejero, aun sin nombre" transcurrieron nuestras noches, leyendo mails en la puerta del mencionado restaurant, en el conocido barrio, has-ta que lle-gó sen-sei Vaz-quez , como 10 días después que nosotros (el único a quien debo y puedo agradecer, por haber llevado su notebook).

El primer día que fuimos con su computadora personal portatil, a la puerta del ya mencionado restaurant, navegamos mucho mejor (porque la compu capturaba mejor señal), pero sostenerla sobre nuestras piernas, era bastante poco confortable.

Ahí surgió la situación de bautismo, de nuestro ocacional CIBER: apareció un pequeño roedor (la rata), que salió de la nada y, después de pasarnos por debajo de las piernas a todos, como si no estuviésemos ahí, se metió en un hueco que ni se veía al lado de la raíz de un árbol.

Seguro que era su territorio y pretendía que lo supiéramos, ya que no fue la única vez que se hizo presente. De todos modos, nuestra necesidad de estar conectados gratuitamente podía mas que nuestro cariño por la alimaña...por lo cual, ni nos movimos.

La rata fue y vino un par de veces, comprobando que nuestra determinación, por una señal "GÜI FI" era realmente la de verdaderos guerreros samurai a punto de enfrentar la muerte.
Estimo que se habrá cansado, y no apareció mas.

Así nació el "Ciber Rata".

Unos días después, sensei Vazquez, descubrió que otra señal (AWAMORI), se podía recibir directamente desde nuestra residencia okinawense, por lo que ya no fue necesario asistir al "Ciber Rata" por un tiempo.

Pensamos que la rata nos iba a extrañar un poco, pero no regresamos, producto del cansancio diario y de lo bien instalada que quedó la computadora, gracias a Sensei Vazquez.

A partir de ese día, varios tuvieron noches de insomnio, alguno para conectarse con su familia, otro con su novia, uno subiendo fotos al "Facebook", otro contestando correo, uno trabajando, otros un poco de cada cosa, trabajo, correo, novia, esposa, hijos, amigos, busqueda de noticias, apuestas por internet, etc...en fin.

Unos días antes del Torneo Mundial, tuvimos un episodio bastante oscuro...
LA SEÑAL AWAMORI DEJÓ DE RECIBIRSE....
Queríamos ir a quejarnos!!!
estabamos indignados!!!
¿cómo podía ser que la señal que nos alimentó la necesidad de internet sin pagar un solo yen, se haya perdido???
Bueno, como era una señal que ni nosotros sabíamos de donde venían o de quien era (por eso no pudimos quejarnos ni agradecerles) regresamos a nuestro viejo y fiel amor...
el "Ciber Rata", que siempre estuvo ahí, salvándonos de lo peor que podía pasarnos "estar sin conexión".

Mas o menos así, nos mantuvimos conectados.

Bueno señoras y señores sin problemas de conexión, me despido de ustedes.

ah! espero comentarios, si no es a través de internet, por problemas de conexión, que nunca faltan...
se aceptan señales de humo, cartas de puño y letra (de esas que se mandaban con código postal), mensajes de texto, papelitos por debajo de mi puerta, avioncitos con mensajes escritos dentro, aviones con pancartas gigantes, pasacalles, mensajes secretos en los menú que se escriben con tiza en la puerta de los restaurants, etc.

Por desgracia, el único documento grafico, es del día de la inauguración y no se ve bien...
pero acá les va...


viernes, 18 de septiembre de 2009

Oasis en el paraíso...Naminoué beach.

Yo sé que estoy debiendo historias:
Nico y la mafia de los medicamentos, la Zona Roja de Naha, el día del tifón (que les adelanto, fuimos a la playa...je, je...arusenchines tercermundistas con poca capacidad para medir el peligro), el resto del día "terminado el evento en Shuri Sho", etc., etc., etc.

Soy consciente que estoy en deuda con mis lectores, amigos y/o curiosos, pero he decidido que voy a escribir acerca de la playa de Naminoué, que nos refrescó "un poco" entre tanto clima homicida.

Esta hermosa playa, está situada a unas 10 cuadras del Hombu dojo de la escuela Kodokan ("Dojo central", como les comenté en entradas anteriores en el mismo edificio funcionan: en la planta baja el deposito de la compañía Arakaki Tsusho, en el primer piso está la casa de sensei Arakaki y el dojo, en el segundo piso el departamento de su hija mayor y otro que nos facilitó sensei para vivir a los arusenchines y por último la terraza (azotea, "the roof" o como les guste llamarla) donde están los bonsai de Ryuta).

En general caminabamos hasta la esquina de la escuela "Naha Chugako" (frente al dojo central de la Kodokan) y, doblando hacia la derecha, enfilábamos en línea recta transitando zona residencial hasta chocarnos con el mar (en el límite del puerto de Tomari, a unas 5 cuadras). Desde ahí, virábamos a babor (osea "la izquierda"...je je) y otras 4 cuadras de "verde", con la autopista¿? a nuestra derecha hasta el ingreso a la playa, donde nos recibían unas mesitas de cemento bajo techo (donde la gente podía realizar una suerte de pick nic, jugar a algo, o solo resguardarse del sol), al lado una especie de fuente de agua, sin agua.
Al fin: "tadaimá" (llegamos).

Naminoué debe tener unos 200 metros de largo, el agua transparente de tono verdosa y la vista arruinada recientemente, por la ampliación del puente- autopista (o lo que sea) que estan construyendo, evidentemente desde hace un tiempito.

Edificado sobre un morro, el Templo Naminoué pareciera el guardián espiritual, que protege desde la altura a los bañistas que concurren buscando algo de fresco, diversión, distención, sol o vaya usted a saber que.

Horario para ingresar desde las 9 de la mañana hasta las 19:30hs. (19:15 hs te sacan del agua, salvo que te encapriches y no quieras salir...pero esa es otra historia que no puedo contar, asíque los interesados, indagar entre los miembros de la delegación "aruchintina", como diría Patricio).

Una vez que llegas al agua, propiamente dicha, y dependiendo de la marea tenés entre 30 o 50 metros (dependiendo también de mi capacidad para calcular longitudes) para nadar o chapotear antes de que una barrera, hecha del mismo plástico de las "Pelopincho", te impida seguir avanzando. La profundidad excedede los 3 metros en marea alta, pero no me tapa ni a mi, durante la bajante (yo se que soy muuuy alto, pero cada vez que me miden, por "no se que maldita jugada del destino", los metros, que evidentemente están en mi contra, no marcan más de un metro sesenta y nueve centímetros) .

De todos modos hay tres " mangruyos" (creo que puedo llamarlos así...no?) con guardavidas que se turnan para vigilar lo que sucede en la playa (aunque una vez casi se ahoga una señora, a quien tuvo que salvar Patricio).
También hay sombrillas de alquiler, distribuidas prolijamente en la arena.

Nos llamó la atención, como se viste la gente de Okinawa y Japón para estar en la playa: mujeres con calzas largas y negras, remeras de manga larga, sobrero y paraguas para protegerse del sol. Los estudiantes, se meten con el uniforme deportivo del colegio y los hombres usan bermudas, remera y algunos hasta zapatillas (el suelo es de arena blanca, nada de piedras grandes, ni molestas). Los extraños eramos los "gaishin" (extranjeros, aunque creo que no literalmente) y alguno que otro "japo cascoteado".

Cuando salís, te encontrás con baños públicos gratuítos, donde podés hacer tus necesidades y otro con duchas, que te salen algo asi como un dolar los 3 minutos, como para sacarte un poco la sal, que es mucha.

En esta playa, la delegación Argentina se refrescó bastante seguido, aunque no diariamente, debido a otras actividades, el cansancio y vaya a saber usted por que.

Antes de finiquitar esta entrada, describo que en el "verde" que mencioné, los ancianos juegan al "croquet", otros solo trotan y algunos jovenes juegan futbol, a veces acompañados por un grupo de arusenchines quemados a las 12 del medio día (siiiiiiiiiiiii...adivinaron: OTRA HISTORIA MAS).
Mata atode ne! (algo así como "nos vemos despues").


martes, 8 de septiembre de 2009

Algún contratiempo....

Como dije antes...el primer día tuvimos algún contratiempo...que debería¿? describir.


Los ubico. Después de algo así como 39 horas desde que salimos de Buenos Aires, vuelos, paradas y demás.
Recién arribados a Okinawa, contratamos una van, que nos transportó los poco mas de 6 kilometros, que separaban el "Naha Kuko" (Aeropuerto de Naha) del Hombu dojo de la escuela Kodokan, ubicado en el barrio Matsuyama, en la ciudad de Naha.

Llegamos al dojo y sensei no había recibido mi mensaje de hora de arribo (vía Mika, por correo electrónico), por lo cual decidimos dejar los bolsos en el dojo (que está en el primer piso del edificio) y salir a caminar por las calles de los alrededores, regresando cada 10 minutos mas o menos. Si mi memoria no falla, habremos arribado al dojo, desde el aeropuerto, cerca de las 21:30 horas.

Pimer detalle que deben saber, Gastón no se sentía demasiado bien, al final de vuelo o recién bajado del avión, experimentaba un mareo y una sensación de malestar importante. Por lo cual tomó algún medicamento, suministrado seguramente por Nico (que por estos días no me extrañaría que esté involucrado en la mafia de los medicamentos...ya les contaré por que...en otra historia) porque el malestar crecía a medida que pasaba el tiempo.

El calor, como ya saben, era insoportable y creo que lo aguantamos solo del cansancio pos viaje que teníamos...sumado a la excitación de estar en Okinawa.
Dimos vueltas y mas vueltas por el barrio. Advertí cuanto había cambiado el lugar desde mi última visita, en el invierno del 2003 y los muchachos hicieron reconocimiento del terreno que tendrían que transitar el mes y monedas que teníamos por delante.

Se hicieron mas de la 1 de la mañana, y el sensei no llegaba y nadie aparecía por su casa, cosa extraña realmente.
Decidimos ir a controlar, a través de internet, si me había mandado algun correo o conseguir algún teléfono donde llamarlo (ya que mi agenda electrónica quedó en Ushuaia, confiado de que Mika iba a comunicar mi mensaje, y ahí estaban todos los telefonos...de Mika, Sensei, su esposa, etc.). Encaramos la misión, Patricio, Nico y yo.

Gastón se quedó en la puerta del Hobu Dojo, junto a sensei Acosta.

Encontramos a pocas cuadras, un sitio con señal "wi fi", desde el cual podía controlar el correo a través de mi telefono celular (en teoría). No había ningún correo de Arakaki sensei en mi casilla de mensajes, por lo cual decidimos regresar a ver cual era la situacion en la base "sensei Acosta- Gastón".
Buenas noticias! sensei Arakaki había regresado de su "paaty", como las llaman en Okinawa (a una fiesta o una reunión de clima distendido).

Malas noticias, Gastón salió a buscarnos. chan!

"Ya debe estar por volver", supuso sensei Acosta, pero los minutos pasaban y Gastón no aparecía.
Particularmente empecé a pensar en lo retorcido de las calles de Matsuyama, donde era bastante sencillo perderse y bastante difícil llegar a destino, especialmente la primera vez que estabas ahi y de noche, sumado a que Gastón no se sentía bien cuando bajamos del avión.

Por ello armamos un operativo "busquemos a Gastón". Imaginennos.
Corriendo a las 1 y media de la mañana, con 35ºC de calor por lo menos, dando vueltas, tratando de barrer la mayor cantidad de calles de los alrededores, casi del mismo modo que habíamos caminado un rato antes... tratando de imaginar "donde rábano estaba Gastón".

No puedo explicar lo que transpiré corriendo (Patricio, afortunadamente para él, no transpira tanto como yo)...y Gastón?
No aparecía, el muy maula!
Ya nos preocupaba; al menos yo estaba preocupado, lo imaginaba desmayado...y no sabiendo como regresar...
Mientras tanto, seguíamos yendo y viniendo, pensando dónde comino podría estar este señor diseñador gráfico extraviado, al tiempo que sensei Arakaki se asomaba, esperandonos para que ingresemos a su casa.

Apareció el muchachito.
Estaba unas cuadras mas alejado de lo que nosotros nos habíamos ido (por eso no lo encontramos...quizas terminó en la zona roja de Naha...uy! otra historia para contar...que tul?).
Asíque, una vez que estuvimos todos juntos, ingresamos a la casa de sensei, donde comimos algo, conversamos y cerca de las 3, nos fuimos a descansar...o intentarlo al menos.

Asíque les sugiero: si van a Okinawa y se separan...al que se va solo, le dan un GPS o un celular.
Sin otro particular, los saludo atentamente...benditos destinatarios de la casi nueva ley de medios.

Atsui ne! (calor eh!)

A partir de este relato, escribo desde Ushuaia nuevamente, Okinawa está muy lejos de mi, aunque siento cada recuerdo bien adentro mio.

Lo mencioné en el relato anterior, por lo tanto voy a explayarme un poquito más acerca de un tema "casi candente"...
el calor que pasamos ("sufrimos" sería la palabra apropiada) en Okinawa.

Debo comenzar por el principio, osea cuando llegamos a destino...

La verdad, después de 10 años (mi primer viaje a Okinawa, fue en esa misma época) no recordaba que el calor fuera un problema, pero tan pronto como crucé la puerta de salida del aeropuerto de la ciudad de Naha, se me ACALORÓ (en lugar de "refrescó") la memoria.

Fue como un "tsuki gigante" (uchichi tsuki) que nos golpeó de cuerpo entero y eso que eran las 21hs. aproximadamente, ya de nochecita.

En esas primeras horas en Okinawa, tuvimos algún pequeño contratiempo, que a esta altura imaginarán, describiré en un futuro...esperemos no demasiado lejano.
Pero nuestro único agente de bienvenida, el calor, lejos de aflojar quería demostrarnos que podía llegar más lejos, a pesar de que la noche avanzaba y ya estaba instalada en Naha City.

Como a las 3 de la mañana, ya dentro del departamento del primer piso del dojo, nos fuimos a descansar...

no pudimos dormir gracias a nuestro amigo "ausencia de frío", por lo cual a las 6 de la mañana, nos levantamos y nos fuimos a practicar Karate Do (qué ibamos a hacer? somos karatekas y a eso fuimos) .
Si lo miramos desde el "punto de vista positivo", no necesitamos tanto tiempo como en Ushuaia para "entrar en calor"...de hecho queríamos "salir" en lugar de "entrar" en calor.

Terminado nuestro primer entrenamiento, ya cerca del medio día almorzamos con sensei Arakaki una "Soba" (que estaba buenísimaaaa!) en un pequeño local de la esquina, que es atendido desde hace tiempo, por una señora de unos "setenta y tantos" años, como mínimo.

La "soba de Okinawa" es uno de los platos mas populares de la isla y es, ni más ni menos,
una sopa de fideos de harina de trigo con carne de cerdo, si, si...con mas de 35ºC, estabamos comiendo sopa después de entrenar...jeje.

No dejamos de transpirar en todo el día, el primero de varios o casi todos, hasta el día del tifón al menos (si, si, otra historia más). No recuerdo si el primer o segundo día, cuando subimos al auto del sensei, el termómetro marcaba los 40ºC!!!! ...si eso no es una cálida bienvenida, las cálidas bienvenidas ¿dónde están?

La cosa, en nuestra casa por lo menos, aflojó recién cuando llegó "Él".
Lo bautizamos "El Dios ventilador" (religiosos perdonen la blasfemia, pero si no sufrieron el calor subtropical de Okinawa, ni opinen por favor) , era un ventilador compuesto de 3 ventiladores que giraban en todas las direcciones...al menos, removía el calor de un lado al otro de nuestro hogar okinawense. De noche dormíamos todos alrededor, quien osaba alejarse en busca de algo de espacio y comodidad, regresaba arrepentido y sudado por demás.

Salir a caminar fuera del horario de entrenamiento, era casi una travesía por el desierto, comprar algo frío para beber, nos obligaba a tomarlo rápidamente, si es que queríamos disfrutarlo como "fresco", ponernos el Karategui cada día, a eso de las 19hs con el calor abrasador, era muy molesto.

En general, yo usaba una toalla húmeda en la cabeza y otra seca en el cuello, para tratar de absorber parte de la transpiración permanente, pero la verdad, me duraban poco. Los okinawenses lo mismo, toalla como bincha o en el cuello, tratando de paliar un poco "la calor".

Los días que podíamos ir a la playa, hasta el agua de mar estaba caliente, algunos pensarán "qué lindo, agua calentita!"...noooo muchachos y señoritas, cuando hace muuuucho calor no te gusta el "agua calientita" (como diría Pity Alvarez) sino "agua fresquita"...
y en Okinawa, no existe ni en los grifos!!!

Les digo más, Patricio confesó el último día lo siguiente:
"si te digo que una madrugada, cuando no podía dormir del calor, metí la cabeza dentro del freezer...me crees?"...
Si Pato, yo...te creo!

Asíque ya saben, si van a Okinawa en verano, no lleven campera de plumas.

Mis "no tan cálidos" saludos para ustedes.