domingo, 9 de agosto de 2009

Un día irreal...


La verdad tengo muchas ganas de escribir acerca de varios días especiales en Okinawa, me está faltando tiempo, asíque si alguien está interesado, habrá que esperar.

Pero ayer sábado 8 de agosto, fue un día del que no puedo dejar de escribir en este mismo instante.


Comenzó nuestra jornada levantándonos a las 6, para nuestro entrenamiento de las 7, como todos los días. El calor de Okinawa, hacía que cada practica fuera bastante diferente de las que acostumbramos en Ushuaia, pero de eso escribiré en otro momento.

Sabíamos que esa tarde nuestro sensei, presidente de la Rengokai, tenía a cargo el discurso principal de presentacion del Torneo Mundial , nada mas...ni nada menos, que en el mismísimo Castillo de Shuri.

Ese lugar místico de Okinawa, donde gobernaron el archipielago de Ryu Kyu las sucesivas dinastías, que fue reconstruído cuatro veces en el mismo sitio ( de solo mencionarlo me emociona), cuna de grandes maestros de Karate del estilo "Shuri Te" sería el escenario de tan importante presentación.
Decidimos, con nuestro grupo de "aruchintines" de la Kodokan, viajar un par de horas antes a Shuri Sho* en el monoriel , desde la estación Maejima (la mas cercana a la casa de sensei) hasta Gibo, nuestra parada final.
*ese es el nombre con el que se lo conoce aquí, en Okinawa.

Una llovizna algo molesta, pero que al menos refrescaba, nos acompañó casi desde que salimos de nuestro reducto (estamos viviendo en un departamento que el sensei nos facilitó, en la planta alta de su casa y el lugar de practica, osea el dojo).


Tuvimos unas doce cuadras de caminata, entre Gibo y Shuri Sho, donde pudimos disfrutar de casas tradicionales, y otras no tanto, pero un camino por demás agradable con vistas de paisajes para atesorar en el recuerdo.


Tomamos varias fotografías con Karategui en varios lugares, entre ellos un lago aledaño, en Shuri no Mon (antigua puerta de ingreso al Castillo, reconstruída por ultima vez despues de la batalla de Okinawa, terminada la Segunda Guerra Mundial) y dentro del imponente Castillo de Shuri.


Terminada nuestra recorrida a Shuri Sho, la lluvia había cedido, refrescándo Naha y sus alrededores, como un presagio de lo que estaba por acontecer. En ese momento no podíamos siquiera suponer lo que teníamos por delante, mientras eramos testigos privilegiados de todos los preparativos.

Gente que iba y venía. Caras conocidas de maestros de Karate Do, que vemos a veces en revistas o programas especiales de Artes Marciales se hacían presentes en la antigua sede del reinado de Ryu Kyu.


Honraban la ceremonia 4 maestros, ante quienes todos los otros sensei, no dejaban de hacer profundas y marcadas reverencias como muestra de respeto que hasta el mas ignorante podía percibir. Koshin Iha (84 años) y Kosei Wakugawa, 10mos Danes de la escuela Goju Ryu, Ryuko Tomoyose, 10º Dan de Uechi Ryu, todos de 81 años de edad, si no me equivoco.
Presidía esta gala de maestros el sensei Shugoro Nakazato, 10º Dan de la línea Shorirnyu, quien una semana después cumliría sus 90 años...
así como lo leen...90!!!!


Comenzaron las presentaciones, nuestro maestro (sensei Isamu Arakaki) dio su discurso de manera impecable, una vez finalizado dejó lugar para el punto culmine de la jornada.

Cada uno de los sensei, 10mos danes mas viejos de Okinawa, realizó su Kata favorito. Comenzó sensei Tomoyose, seguido de los sensei Iha y Wakugawa.
Culminó el "Passai Dai" de sensei Shugoro Nakazato.

La verdad, me costó no llorar mientras veía a esos maestros, que han vivido mas de los que mis abuelos vivieron. No estaban caminando con bastón, ni estaban honrando ese momento solo con su presencia sentados, ESTABAN HACIENDO KATA!!!!

No se si comprenden lo que vivimos, pero les puedo asegurar, que era emocionante e increíble.

Antes de despedirme les comento que, gracias a la intervención de la esposa de sensei Arakaki, terminada toda la ceremonia, pudimos sacarnos una foto con sensei Shugoro Nakazato, hecho que no es común.

El resto del día, que fue largo, se los cuento en la proxima entrada...

Mis saludos Karatekas y no Karatekas.


jueves, 6 de agosto de 2009

Renshu


Respecto de los entrenamientos…


puedo comentar que practicamos 2 veces por día, de lunes a sábados, de 7 a 9 cada mañana, por lo que debemos levantarnos a las 6, como para estar en un estado de vigilia mínima.
Esas clases son solo para nosotros (los “aruchintines” diría Patricio) ya que la gente local debe asistir a sus trabajos habituales en ese mismo horario.
Nuestra actividad está centrada en las correcciones técnicas que el sensei nos está haciendo, con el fin de no olvidarlas y, en el mejor de los casos, incorporarlas. En esas clases matutinas, no utilizamos Karategui, para que el sensei pueda observar mejor la contracción muscular y postura corporal, que con el equipo de Karate son imposibles de distinguir.
Por otro lado practicamos Kata individual, aquellos que vamos a participar del torneo mundial, y los sensei Vazquez y Acosta nos hacen observaciones técnicas, con el fin de llegar mejor preparados al evento.


Por la tarde entrenamos con Karategui de 19 a 21hs., excepto los sábados que lo hacemos a las 16 horas (hermoso practicar con 40º C de temperatura a esa hora).


Solo compartimos el dojo con alumnos del sensei los miércoles y sábados, que esos son los días destinados a los entrenamientos de los Okinawenses, en el Hombu dojo de Kodokan por estos días.


Los domingos, merecen un párrafo aparte.
Esos días solo entrenamos una vez…que vale por dos…
Comenzamos a la misma hora de todos los días, terminada la entrada en calor, aparece el sensei, se cierran las ventanas, se apaga el “semi Dios ventilador” y a sufrir amiguitos!!!
La clase, es el mismo tipo de entrenamiento que nuestro maestro realizó durante 16 años, en días y horarios similares, bajo la tutela técnica del sensei Yuchoku Higa, “el puño fuerte de Okinawa”.
Tsuki, Keri, y Kata Naihanchi a un ritmo que nos deja sin agua en el cuerpo y sin aliento, literalmente. Pese al agotamiento físico de la clase, y el acumulado de todos los días, a nadie se le ocurre bajar el ritmo o aflojar, es una clase donde el “kokoro” se siente cada tsuki.
Y asi, les dejo una pequeña idea, de los que son nuestros entrenamientos, en esta isla lejana, al otro lado de nuestra Argentina.